Hace mucho tiempo
veía a los niños cantar el coro “Desde el Pronto Amanecer”
haciendo los ademanes. Al verlos cantar esta versión del Salmo
113:3, me di cuenta de que cantaban sobre llevar a cabo la Gran
Comisión – la invitación del Cristo resucitado a todos los
creyentes a compartir Su historia alrededor del mundo.
Aunque debo
aclarar que no todos ven este canto de esa manera. Eso porque algunos
ven el Salmo 113:3 como referencia al periodo entre la salida y
puesta del sol. Tal interpretación, sin embargo, es contraria al
contexto del pasaje. Las palabras “desde ahora y para siempre” en
el versículo previo obviamente se refieren al tiempo. Aun así,
afirmar que el versículo tres también se refiere al tiempo es pasar
por alto la frase “donde
se pone”. El versículo tres se refiere al “lejano oriente y
lejano occidente”.
No sabemos quién
escribió el Salmo 113. Algunos expertos han sugerido que fue Moisés.
Si Moisés fue el autor, tal vez lo escribió pensando en el llamado
de Dios en Éxodo 19. Ahí es donde Dios dice que Su pueblo debe ser
un “reino de sacerdotes”, una frase que quiere decir que debían
ser un pueblo en el que todos buscan traer al resto de la humanidad a
la presencia de Dios.
Este Salmo en
particular se ha cantado por mucho tiempo en las conmemoraciones de
la Pascua Judía. Por lo tanto debió ser cantado por Jesús y sus
discípulos en la cena antes del arresto y crucifixión. El Cristo
resucitado habló a sus discípulos sobre hacer discípulos en “todas
las naciones” (Mateo 28:19-20). ¿Será posible que cuando Jesús
dio esas instrucciones que ahora llamamos la Gran Comisión pasaban
por su mente los momentos en los que cantó “del lejano oriete al
lejano occidente” durante la Última Cena?
El Salmo 113:3 –
así como el Salmo 50:12, Isaías 45:6 y 59:19 que están fraseados de manera similar – está escrito como un imperativo. Por lo
tanto es un mandato. Entonces, si el Dios de Abraham, Isaac y Jacob
no está siendo aclamado del lejano oriente al lejano occidente, Su
pueblo está obligado a hacer algo al respecto.
A mediados del
siglo 18, cuando los primeros misioneros Protestantes empezaron a
salir, John Gill escribió que el Salmo 113:3 era definitivamente
sobre el evangelismo mundial. Decía que el versículo vislumbraba “tiempos para el evangelio cuando sería llevado a todo el mundo, y
muchos serían llamados de oriente y occidente, del norte y el sur, y
amarían a Dios y lo alabarían.”
Las palabras del
Salmo 113 se entonan hoy tanto por Judíos como por Cristianos.
Cuando oimos el Salmo, debemos escuchar su expectativa de que el
pueblo de Dios llevara sus Buenas Noticias a cada lugar de la
tierra.
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