"¿No dicen ustedes: “Todavía faltan cuatro meses para la cosecha”? Yo les digo: ¡Abran los ojos y miren los campos sembrados! Ya la cosecha está madura." Juan 4:35
A través de los años, las referencias que hizo Jesús a campos listos para la cosecha han dado lugar a la pasión por el evangelismo mundial. Hoy por hoy, hay sermones y alabanzas que hablan de la idea de la cosecha. La alabanza “Días de Elías”, por ejemplo, dice: “Son días de gran cosecha, los campos listos están.”
En las exhortaciones regristradas en Mateo 9 y Lucas 10, Jesús habló de la necesidad de obreros para recoger la cosecha. En Juan 4, las palabras de nuestro Señor indican la urgencia de esta tarea. Posponer la cosecha de un fruto maduro usualmente resulta en que se pudra y la sensación de haber perdido el tiempo preparando el terreno, sembrando, fertilizando, limpiando y regando el cultivo.
Los versículos 4-42 de Juan 4 ocurrieron en un pozo de 2,000 años de antigüedad. Jesús y sus discípulos se habían detenido ahí durante un viaje al norte de Jerusalén a Galilea. En este viaje en particular pasaron por Samaria, una región que era discriminada racialmente por los judíos.
Cuando pasaron por Sicar, los discípulos dejaron a Jesús en la antigua fuente de agua y se fueron a buscar comida. Mientras no estaban, una mujer vino a sacar agua. Para sorpresa de la Samaritana, el hombre judío en el pozo le pidió agua para beber. Luego, le habló del tipo de agua que podía satisfacer su sed para siempre.
Cuando los discípulos llegaron con el almuerzo, la mujer se fue a llamar a sus vecinos para que conocieran a alguien que bien podría ser el Mesías Prometido. A medida que la gente de Sicar se fue acercando, Jesús rogó a sus discípulos que abrieran los ojos y vieran los campos listos para la cosecha. Como la gente eran “los campos” a los que Jesús se refería ese día, es fácil imaginarlo señalando hacia los samaritanos que se acercaban – mismos que los judíos odiaban – mientras les decía, “Abran los ojos y vean...”
Jesús utilizó una frase muy común de la época: “Todavía faltan 4 meses para la cosecha.” Nunca he escuchado a alguien decir eso en este tiempo. Sin embargo, sería lo mismo cuando en la actualidad decimos, “¿Cuál es la prisa?” y “¿Por qué tanto escándalo?” A los que tienen el sentido de urgencia sobre la proclamación del evangelio, Jesús dijo, “¡Vean los campos! Están listos.”
Al usar la metáfora de la cosecha, Jesús decía, “Su tarea es urgente.” Hablar de evangelismo mundial como una cosecha nos dice que tenemos ventanas de oportunidad que se abren y se cierran. La cosecha no puede posponerse hasta el próximo mes. Cuando los frutos maduran, se deben cosechar inmediatamente.
Cada día, decenas de miles de personas parten a la eternidad sin haber escuchado de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¿No es esa una cosecha madura echándose a perder? Entonces, ¿Cuándo tendremos ese sentido de urgencia?
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